El Río que nos lleva.
Por Rufino Nieto Ojeda. Profesor del Centro de Capacitación de Vadillo Castril.
La novela fue publicada en 1961 y pocos años después el director de cine Luis García Berlanga quiso trasladarla al cine, pero la censura franquista se lo impidió. En 1989, nuestro ilustre paisano y también director cinematográfico, Antonio del Real, pudo rodar la película en los mismos escenarios naturales donde Sampedro situó la novela: de la zona de Peralejos de las Truchas en el Alto Tajo, hasta la ciudad de Aranjuez, tradicional escena del desembarque de las maderadas que bajaban por este río. Novela y película constituyen unos excelentes documentos etnográficos sobre la profesión de pinero o ganchero, recuperando así del olvido una forma de vida tan fascinante como penosa y arriesgada. Igualmente han contribuido a poner en valor aquellos escenarios naturales, que miles de ciudadanos visitan cada año.
Hoy son dos los museos etnográficos sobre los gancheros que existen en la serranía de Cuenca -Priego y Vadillos-; además del Centro de interpretación del Parque Natural del Alto Tajo, ubicado en Molina de Aragón (Guadalajara), que lleva el nombre del “Río que nos lleva” en honor a la novela y su autor.
El Río que nos lleva fue declarada de interés por la UNESCO. En su día no tuvo aquí el éxito que se merecía siendo, sin embargo, una de las películas españolas más galardonadas internacionalmente –llegó a ser premiada en diez ocasiones-. Antonio del Real obtuvo por ella el Premio al mejor director de manos de la Asamblea de Directores, Realizadores Cinematográficos y Audiovisuales de España y, su protagonista, Alfredo Landa, fue nominado como mejor actor protagonista en los Goya de 1990.
Cuenta Sampedro que cuando vivía en Aranjuez, siendo aún niño, un buen día se acercó al Tajo para darse un baño como hacía habitualmente, encontrándose el río totalmente entarimado por miles de piezas de madera, lo que le zafó el baño. Sin embargo, aquellos hombres hábiles y curtidos, le regalaron un espectáculo inolvidable, conduciendo aquel insólito rebaño con sus peculiares ganchos dispuestos al final de largas varas: “… el espectáculo me fascinó… Fue amor a primera vista. Me deslumbró para siempre su destreza y, sobre todo, su seguridad, su aplomo, su auténtica elementalidad. En una palabra: su hombría”.
Entre 1939 y 1950 Sampedro viaja dos veces al Alto Tajo y se entrevista con algunos gancheros de aquellos pueblos, ya dedicados a otras actividades, pues las maderadas por el Tajo acabaron para siempre con la Guerra Civil. Después de la contienda y hasta 1948, año en que salió la última maderada desde Vadillo Castril, en la Sierra de Cazorla, únicamente se bajaron maderadas por el Guadalquivir y algunos de sus afluentes. Como resultado de estos viajes, Sampedro tramó un relato de aventura y pasión sobre la dura vida de aquellos hombres, tan rudos y valientes como generosos y solidarios. Así, haciendo gala de un exquisito lenguaje, llevó la realidad de la profesión y el drama humano de los personajes al apasionante mundo de la narrativa literaria.
Al leer la novela, Antonio del Real debió experimentar unas emociones similares a las del autor cuando conoció la actividad en Aranjuez. No en vano, Del Real compartió cuna con el RÍO GUADALQUIVIR que, a lo largo de milenios, ha constituido la más importante vía de transporte fluvial de maderas de la Península Ibérica. Asesorado en la técnica del oficio por pineros serranos -los de Orcera, Beas y la Puerta de Segura gozaron de un merecido prestigio- y contando con un reparto tan excepcional como irrepetible, plasmó magistralmente en el celuloide la realidad vital de El Americano, Shanon, La Paula, El Rubio … obteniendo como resultado este largometraje que tantas emociones y recuerdos despierta en nuestra gente serrana. Son muchas las excelencias de la película, pero yo destacaría una en particular: la exquisitez del director cazorleño en cuidar el más mínimo detalle de las técnicas del oficio, de modo que hace creíble al profesional forestal lo que está viendo en la pantalla.
Foto: Paula (Amalia Ramón), Shanon (Tony Peck) y El Americano (Alfredo Landa) en un fotograma de la película.
El resultado final no podía ser otro, a tenor del reparto de lujo con el que contó Antonio del Real:
Alfredo Landa (Pamplona 1933-Madrid 2013), con más de 100 películas en su haber, durante los años sesenta se encasilló en papeles de macho ibérico ingenuo y fracasado – llegó a tener su propio género cinematográfico: el ‘Landismo’-. En 1976 rueda El Puente, donde interpreta un papel serio que nos sorprendió a todos. Lo vimos también en La Vaquilla, El Quijote, etc. En esta película borda al personaje de El Americano.
Eulalia Ramón (Barcelona, 1959) lleva en su haber más de 25 películas y varias series de TV., entre ellas El Rey Pasmado. Encarna el papel de Paula, una mujer con pasado, fuente de deseo en la maderada, lo que origina algún que otro conflicto en la ficción.
Tony Peck (EE.UU, 1956), en el papel del irlandés Shanon. Es hijo de Gregory Peck, un galán de Hollywood fallecido en Los Ángeles en 2003 y al que los aficionados al cine clásico recordarán en películas como Los Cañones de Navarone o Duelo al Sol. No siempre se cumple el dicho “de tal palo, tal astilla”, pues el papel de Tony en esta película no deja de ser discreto.
Ovidi Montllor (Alcoy (Alicante) 1942-Barcelona 1995). Recordado fundamentalmente por protagonizar Furtivos, una de las primeras películas de la Democracia. En esta película es “Cuatrodedos”.
Fernando Fernán-Gómez (Lima 1921-Madrid 2007). Persona polifacética (escritor, actor, director, …), con más de un centenar de películas a sus espaldas. Con cierta fama de “malhumorado” cuando algo no le agradaba, el maestro Fernán-Gómez era capaz de encarnar personajes tan tiernos como El Abuelo o el maestro de La Lengua de las mariposas. En el Río que nos lleva es el Padre Ángel.
Santiago Ramos (Boadilla (Salamanca), 1949). Popular actor de cine y Tv, es Dámaso en la ficción.
Antonio Gamero (Madrid 1934-2010). Como en otros importantes papeles (La Vaquilla, Furtivos, …), encarna en esta película a un pudiente franquista, que se encapricha de Paula.
Otros: También trabajan en la película Concha Cuetos (Cándida), Mario Pardo (Seco) y Juanjo Artero (Rubio).
El Río que nos lleva fue proyectada en el teatro La Merced de Cazorla el 26 de abril de 1996, con motivo de la celebración de unas Jornadas Andaluzas de Medio Ambiente en las que tuvimos el privilegio de contar con la presencia de Antonio del Real. El que la película haya sido incluida en el programa del primer Festival del Hombre y la Sierra es todo un acierto, tanto por el significado que en el mundo de la saca fluvial de maderas representa Vadillo Castril, como por rendir homenaje a quienes la hicieron posible y que hoy ya no están con nosotros, especialmente los que fallecieron recientemente: el autor de la novela, José Luis Sampedro, que nos dejó para siempre el pasado 8-4-2013 y el gran Alfredo Landa que lo hizo un mes antes (3-3-2013). Sirva también de homenaje y recuerdo a los pineros que durante mi infancia conocí en las casitas que existían en el lugar que hoy ocupa la bolera de Vadillo: Juan Gurillo -Maestro de Río-, El Tío Camión y Ángel Escobar -Mayorales-, El Tío Regañao -Cuadrillero- y tantos y tantos pineros, entre ellos los hnos. Escobar Heredia y mi padre, Celedonio Nieto, que también trabajó en maderadas por los ríos Borosa y Aguamulas.
En la foto: J. Antonio Escobar Heredia es el último pinero que queda vivo en Cazorla. Hijo del mayoral Ángel Escobar, trabajó en las últimas maderadas que se bajaron por el Guadalquivir.
Actividades:
Viernes 9 de agosto a las 20:30 horas. Proyección de la película «El río que nos lleva»
Proyección de la película “El Río que nos lleva”, del director cazorleño Antonio del Real, basada en la novela homónima de José Luis Sampedro, donde se rinde un homenaje al extinto oficio de gancheros o pineros. Salón de Actos del Centro de Capacitación Forestal.
Sábado 10 de agosto a las 17:00 horas. Exhibición de pineros (gancheros).
Tramo desde el puente badén del Centro de Capacitación hasta el vado de la piscina, debajo del Parque de Secado donde se concentrará el público.