El traje típico serrano.

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El traje  típico serrano.

Por Diego Navarrete Tíscar (textos y fotos). Técnico de Cultura de la Asociación para el Desarrollo Rural Sierra de Cazorla.

Las prendas de vestir tradicionales de estas Sierras ha tiempo ya que perdieron su uso. Tan solo en algunas fiestas tradicionales de nuestro Parque Natural es posible verlas, en gran medida, gracias a los grupos folclóricos de cada pueblo, que intentan mantener viva, junto a la música y danzas típicas de nuestras tierras, la vistosa indumentaria que refleja la tradición más arraigada de nuestras ancestrales costumbres.

 Nuestro folclore siempre estuvo relacionado con las actividades cotidianas, como es el caso de los remates aceituneros, la matanza, casorios, y  las fiestas religiosas, propias de cada localidad o aldea, en honor a los patronazgos respectivos.

El cancionero destaca las temáticas amorosas entre parejas, con su cortejo, coqueteo, trabas familiares, frustraciones, casi siempre lleno de picardía o doble sentido.

Nuestra jota serrana, es la que marca el núcleo preferido de las danzas populares; mazurcas, fandangos robaos, seguidillas, pasodobles, toreras, fandanguillos, y polcas completan la gama. Y para el acompañamiento musical, el sonido de guitarras, bandurrias, laúdes,  junto al acordeón y los platillos de bronce, en su base rítmica.

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El Traje típico serrano, tuvo su origen en el s. XVI y se mantuvo en su uso hasta bien entrado el siglo XX. Existía un traje para diario y otro para festivos, siendo este último utilizado en los bailes de las bodas, bautizos, y en los remates de las cosechas… Fundamentalmente es éste el que se sigue utilizando en nuestros días, en todas las actuaciones de los grupos folclóricos. En todo el parque natural, es semejante, con pequeñas variantes.

El traje femenino está constituido entre otros elementos por el “Refajo” que se ajustaba a la cintura, es una falda de vistoso colorido, con bellos bordados, el de diario morado o rojo de lana, con una franja de pana lisa. Los bordes del refajo se rematan con un ribete de cordoncillo de lana, de colores; si el refajo es de fiesta, los ribetes y franjas eran de terciopelo. Posteriormente se sustituyó este refajo por una saya de gabardina, para diario; y para las fiestas, de raso negro, y solo se mantuvo el uso de tan lucida falda para las grandes ocasiones. Como elemento práctico citaremos a la “Faltriquera” que se llevaba debajo del refajo, del mismo paño que éste; en ella se guardaba el moquero, el dedal, la bellota de guardar las agujas y otros utensilios, a falta de bolsillos. Las “Enaguas”, también llamadas sayas, eran finas para las fiestas, y de cayote para diario, y  se colocaban debajo del refajo• Bajo las enaguas se usaban en muchas ocasiones los pololos prenda de interior que se utilizaban como bragas y siempre de color blanco. Encima del refajo se lleva el delantal de color rojo o verde, con algunos adornos. Otras piezas del traje serrano femenino eran el  “Corpiño” o“Justillo·”, a modo de chalequillo entallado sin cuello, de pico, con tres pinzas o tachones.  La “Camisa” es de manga larga, blanca; las “Esparteñas”, sencillo calzado, eran alpargatas de cintas; el “Pañuelo”, en el cuello o en la cabeza, negro o de diversos colores; las “Medias” de lana o de algodón, negras, crudas o de listas de colores vivos, hasta debajo de la rodilla sujetadas por las ligas; a veces se usaba la “Mantilla”, de forma rectangular, que cubría la cabeza; y casi siempre el “Mantón”, cuadrado y con flecos, se doblaba en pico y se ponía cruzado sobre el pecho. Las “Alhajas” constituían el ornato más común, generalmente, según situación social y económica: los pendientes de plata u oro, broches de oro, imperdibles…; peinetas y horquillas, daban prestancia a los peinados, siempre recogidos en moño.

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La elegancia del varón  contaba en su indumentaria con varios elementos, entre los que destacamos: El “Calzón o pantalón”, de paño negro y que puede ser corto y ajustado hasta la rodilla con botones plateados, o largos que llega hasta media pierna y son ligeramente acampanados. Botonadura a lo largo de los mismos. La “Camisa” del hombre recibe el nombre de camisón, es blanco, de manga larga, de algodón con jaretas en la pechera y el cuello vuelto o con puntillas y muy escotado. La “Elástica”, se usaba en las grandes ocasiones,  y era una especie de camisa de paño, con pasamanería en puños y a lo largo de la botonadura, también llevaban bordados. Las solían bordar las madres o hermanas del novio para el día de la boda. El “Chaleco” se coloca sobre la camisa y por debajo de la chaqueta, y es color negro, de pana lisa. La espalda de tela de raso también negra. Se usaba “la Faja” a modo de cinturón, tanto para resguardarse del frío como para guardar objetos personales. Eran de color negro, azul o rojo, hecha de paño, la llevan enrollada a la cintura, dejando caer un extremo hacia la izquierda.  La “Chaqueta” en terciopelo, ligeramente por debajo de la cadera. Otro elemento muy importante era la “Capa”, de mucho vuelo y larga hasta los tobillos. Era de uso obligado en ceremonias y actos oficiales. Tradicionalmente era el regalo de los padres al hijo que se iba a casar. El “Sombrero”  variaba en función de que los actos fueran cotidianos o extraordinarios. Era de felpa, bajo, con copa cónica y ala semi-tiesa, de estilo castellano y color negro y también usaban el sombrero de calanés o gorra de visera. El calzado era un zapato bajo abrochado con cordones. Se usaban también borceguíes para el trabajo en el campo. Las “Alpargatas” se usaban en verano y eran de lona o con caras de tela blanca y cintas negras, con suela de cáñamo o con trenzado  de “crisneja” para amarrarlas.  Los Calcetines” son de lana gruesa que cubrían hasta la rodilla,  también se usaban, los calados de hilo. Para las faenas del campo  y para “andar” con caballerías se utilizaban las “Antiparas” llamadas también “Antimparras”, que son zahones de piel, normalmente sin peto, que solo cubren las piernas y en algunos lugares con decoración en la zona del tobillo. El traje del hombre no lleva adornos ni “alhajas”, salvo la botonadura plateada o dorada, únicamente los más adinerados llevaban un reloj de cadena, que mostraba su estatus social.

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Actualmente son numerosos los grupos folclóricos que están recuperando nuestras ancestrales tradiciones populares, aprendiendo de nuestros ancianos, las letrillas, los pasos y la música de los bailes serranos, y haciendo gala de nuestra vistosa indumentaria más auténtica. Tendremos la oportunidad de contemplarlo en esta I Festival de la Sierra y el Hombre, que se celebra en Vadillo-Castril (Cazorla), los días 9 al 11 de agosto de 2013.

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El traje oficial del festival es la vestimenta de hachero compuesta por camisa blanca, fajín negro y pantalones largos. La organización pondrá a la venta camisetas y fajines con el logotipo del festival.

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