El Truque Serrano.
Por Rufino Nieto Ojeda. Profesor del CCEF de Cazorla, escritor y autor de varias obras de temas forestales, botánicos y etnográficos.
La modalidad de truque que se juega en esta serranía es una de las más claras señas de identidad de los serranos, no en vano constituye una de las más importantes manifestaciones etnográficas del territorio. Se trata de un singular juego de naipes en el que únicamente se juega con 23 cartas de las 40 de que consta la baraja española.
Con el término truque, o sus equivalentes truc –truque en catalán o valenciano- y truco; se designan una serie de juegos de cartas, a veces, muy distintos entre sí, aunque todos tienen en común ser juegos de envite en los que no sólo puntúan las cartas, también tiene su recompensa la sicología, sangre fría y atrevimiento de los jugadores: “… es un juego de cartas donde todo es astucia, trampa y mentira; pero mentira legal y reglamentada que constituye, en cierta forma, trampa obligatoria” (COCTELERA). Cabe mencionar que en muchas zonas de España, también se llamaba truque a un juego de niñas, que aquí llamábamos rayuela, y que consistía en trazar en el suelo una forma geométrica con varias casillas que tenían que recorrer a pata coja para finalizar desplazando y echando fuera un tejo situado en una de ellas.
Etimológicamente, el origen del término –truque o truc– es el mismo de truco y proviene de los vocablos árabes trucch o truk. Como juego es antiquísimo situándose su origen en el Medievo. Aunque no está demostrada documentalmente, existe la leyenda de que unos musulmanes españoles se reunieron para jugar una partida de cartas y que sólo disponían de una baraja. Cuando el dueño de la casa donde se iba a jugar la partida encontró dicha baraja, se llevó la sorpresa de que las figuras de la misma -reyes, caballos y sotas-, no las tenía; pues los chiquillos se habían entretenido en recortarlas. Como tenían empeño en jugar la partida no les quedó más remedio que inventarse un nuevo juego adaptado a las únicas cartas que les quedaba y que no fue otro que el primer truque. No en vano, muchas de las modalidades de truque, entre ellas la valenciana, se siguen jugando sin figuras, siendo el as de espadas o los treses las cartas de mayor valor.
En España, el truque, se juega en zonas de Andalucía, Asturias, Baleares, Castilla-La Mancha, Castilla-León, Cataluña, Galicia y Valencia. No obstante, reitero que son muchas las modalidades existentes y que, a excepción de la propia filosofía del juego, poco o nada tienen que ver entre sí: en unos sitios se juega con muestra y en otras no; normalmente no juegan las figuras, pero en alguna de ellas, como es el caso de nuestro truque, si juegan; las normas de juego, pasadas de forma oral de unas generaciones a otras, también son distintas; … En el cono sur americano, donde se le llama truco, fue introducido por los conquistadores españoles, siendo ampliamente practicado en Argentina, Brasil, Chile, Paraguay y Venezuela.
Como en el caso homólogo de los Bolos, El Truque Serrano es, posiblemente, la modalidad más singular y diferente de de cuantas existen. Con pequeñas variaciones, se juega en todos los pueblos de lo que hoy es Parque Natural, donde puntualmente existe todavía bastante afición, especialmente entre las generaciones de mayores, existiendo habitualmente gran rivalidad entre jugadores. Hoy se celebran campeonatos de truque en la mayoría de las fiestas de nuestros pueblos.
El caballo de oros es el «cascabel» y es la carta de mayor valor en el juego.
En nuestro truque juegan tres figuras: el caballo de oros -llamado cascabel– y que es la carta de mayor valor para envite y truque; al caballo de bastos, que es la penúltima pieza más pequeña, y la sota de oros que es la pieza de menor valor. También se consideran piezas al cinco de espadas, cinco de oros, as de copas y as de oros. En algunos pueblos también se incluye el rey de oros, llamado fardones, que en ese caso es la pieza que más vale. Se juega, normalmente, entre dos parejas que se reparten tres cartas a cada jugador. Éstos utilizan una gran parafernalia y vocabulario durante el desarrollo de la partida; especialmente para cantar la flor o flores -combinación de dos piezas-. “Me han escrito”, “Mejores la hay, pero antes no”, son algunas de las frases utilizadas por el jugador para comunicar al resto que lleva flor. En Argentina, donde el truco levanta pasiones y rivalidad entre parejas, se suelen emplear, incluso, cancioncillas para este fin:
Un pintor pintó la luna,
pintó la luna y el sol,
pintó una mujer desnuda
y en cada pecho una flor.
Con el fenómeno de la emigración hace medio siglo, el truque serrano -aunque practicado casi únicamente por los oriundos de aquí- pasó a jugarse en otras regiones. Dos ejemplos: en la Ciudad oscense de Jaca era el juego habitual en los Bares “El Andaluz” o “El Costero” y “La Cuba”. En el Bar “El Pere” perteneciente a D. Pere Tarsó, desde hace más de cuarenta años, cada sábado se siguen juntando mis amigos Faustino Lara y Ángel Carrión, ambos del Vadillo, José María Puentes de La Espinarea y Eulogio Aibar de Las Navillas, para jugar la obligatoria partida de truque serrano. El reserva es Antonio Cano de Arroyo Frío. En Tona también se jugó durante muchos años en el Bar “La Cervecería”, cuyo dueño -un catalán llamado Antonio-, era uno de los mejores practicante de nuestro truque en aquella villa catalana.