La Pedagogía Forestal. Un recurso para conservar nuestros ecosistemas y acercarnos a nuestra historia.
Texto y fotos de Rocío Soria Martínez. Licenciada en Ciencias Ambientales. Cazorla Verde SLL
El ecosistema urbano y la forma de vida actual han encerrado al ser humano dentro de unos cajones de asfalto y hormigón que nos aíslan sutilmente, ayudándonos a olvidar rápidamente que formamos parte del planeta Tierra y que este proporciona los recursos necesarios para el sustento de nuestras vidas. La progresiva pérdida de capital natural a la que estamos asistiendo avanza a pasos agigantados, la única forma de frenarla es promoviendo un cambio global, y este cambio debe empezar por una conciencia individual.
Afortunadamente las tendencias están cambiando, aunque a un ritmo demasiado lento, tal y como podemos entender por la crisis ambiental que vivimos actualmente. Mirar hacia el futuro, teniendo en cuenta una prevención ambiental y una gestión sostenible es la única forma de minimizar la presión que ejercemos sobre los ecosistemas terrestres.
Los bosques actúan como reguladores de flujos dentro del planeta, amortiguando el efecto invernadero, favoreciendo el ciclo del agua y ayudando a la conservación de la biodiversidad. Su función protectora es esencial para la lucha contra la desertización, y su función productora nos permite obtener recursos tan imprescindibles para la vida como el oxígeno o el agua potable, así como diversas materias primas renovables, que además de ser una fuente de empleo favorecen el desarrollo económico.
El vínculo entre el hombre y el bosque es esencial para la supervivencia de ambos, los bosques son testigos de nuestra historia y hemos vivido desde tiempos ancestrales formando parte de ellos, ahora disfrutándolos también como un recurso turístico y recreativo.
Los profesionales del medio tenemos la obligación de concienciar a la población. La dinámica de los ecosistemas forestales así como las tareas asociadas a ella y a sus aprovechamientos, es desconocida para la gente de a pie, incluso a veces creando animadversión por la falta de entendimiento, sobre todo de la fase de extracción de leñas y maderas.
La pedagogía forestal juega un papel muy importante en este aspecto, ya que es necesario conocer para poder proteger y es necesario hacerlo desde el interior de nuestros bosques, ya que solo de esta forma seremos capaces de conectar, comprender sus sensibilidad y funcionamiento y sentirnos parte de ellos.
Esta idea, nace en el Norte de Europa y se basa en la transmisión del amplio concepto de sostenibilidad. Pretende despertar el interés e inspirar el amor por el bosque, presentar la gestión forestal sostenible como modelo, así como transmitir valores y fomentar la sensibilización. Se alcanza mediante actividades que pretenden satisfacer las necesidades de los participantes y fomentar su desarrollo según su aptitud y habilidades. Esta disciplina se presenta como un recurso educativo; que pretende reactivar esa deteriorada conexión entre el bosque y el hombre, usada como una herramienta fuera de las aulas, y enfocada tanto a adultos como a niños. El diseño de rutas pedagógico-forestales, talleres y juegos en la naturaleza son un claro ejemplo.
Este instrumento con el que se trabaja a nivel Europeo, aunque parezca algo desconocido, lo podemos encontrar en el 8º Congreso Europeo de Pedagogía Forestal que se celebra este año en Bilbao. Gracias a PROFOR (Asociación de Profesionales Forestales de España) se está dando a conocer; haciendo una apuesta muy importante con actuaciones como las del Programa Brotes basado en el programa Europeo Paws-MED del que son participes.
El Festival de la Sierra y el Hombre se presenta como un evento necesario en nuestro Parque Natural, que actuando como un recurso pedagógico forestal nos enseña como nuestra historia está ligada a nuestro entorno natural, como una vez vivimos en sintonía con los ecosistemas forestales, y como en el momento actual esto puede ser posible de nuevo.